El 1 de abril de 2005 apareció el primer número de este periódico. Concebido como una publicación gratuita con periodicidad quincenal, Performance surgió como el primer periódico de Veracruz, no únicamente de Xalapa, dedicado en exclusiva al análisis y la crítica de las actividades culturales y artísticas de Xalapa. Pretendíamos convertirnos en voceros de la creatividad cultural de la ciudad y fungir como memoria y registro. Contábamos con un intento previo. Un viernes 13 de enero, en 1998, fundamos Performance, en ese entonces un quincenario con dieciséis páginas impreso en blanco y negro y únicamente con dos tintas en la portada. Después de una vida de apenas veintiocho entregas, el periódico murió por falta de publicidad y también de tiempo para atender una empresa tan demandante como lo es ocuparse de un periódico de cultura. Uno debe de ser el director, el administrador, el coordinador y el enlace. Muchas veces me he ocupado de distribuirlo ante la falta de repartidor o ante la insuficiencia de una diligente distribución. Todavía existía la revista Graffiti, de memoria legendaria, no sólo en la culta y artófaga ciudad de Xalapa donde todo reconocimiento es escamoteado, sino en México. El periódico era un proyecto paralelo: Graffiti ofrecía ventanas al mundo, Performance se concentraba en Xalapa. Dos instancias, dos perspectivas, una sola intención. Las razones que argüí para fundar una empresa de este tipo me parece continúan siendo válidas, quizá, más tristemente que antes, ciertas. En Xalapa no se acostumbra ejercer la crítica, ni la cultural ni mucho menos la política. Siempre los creadores se quejan de la falta de crítica y reconocimiento a su trabajo pero no contribuyen tampoco a la difusión. No solemos apoyarnos mutuamente. Rezaba el editorial de 1999:
- … consideramos que Jalapa precisaba de una publicación que informara de las actividades culturales al tiempo que la crítica impulsara, atendiendo un reclamo de no pocos amigos y lectores. Es curioso pero quienes suelen quejarse de la ausencia de crítica poco hacen por remediarlo. Todos temen afectar al compañero del departamento. Vivimos en un condominio cuyas paredes de unicel apenas si nos permiten murmurar. Pero ¿por qué no hablar abiertamente? ¿Por qué no criticar las obras y no las personas?
El diseño gerencial pretendía sostenerse con base en la publicidad de ciertas instituciones cuya labor es la promoción de la cultura y el mejoramiento de nuestra sociedad. Sin embargo, con excepción de la Universidad Veracruzana y del Instituto Veracruzano de Cultura, cuyo apoyo tuvimos desde el primer momento, no ha sido fácil convencer a ciertas instituciones de la necesidad de un periódico como el nuestro. Un periódico que además ha sido el modelo de otros periódicos por su esquema de circulación gratuita. No les gusta recordarlo pero nosotros fuimos los primeros en regalar un periódico. Es claro que no contamos con los recursos con que otros periódicos ostentan su circulación, pero sí podemos decir que nosotros llegamos a quienes nos quieren leer.
En estos años vimos nacer un sexenio que hoy declina. En su momento, lo atestiguo con sinceridad, consideramos promisorio el sexenio. De nuevo Esther Hernández Palacios se encontraba al frente de la máxima institución de cultura del estado, el sexenio se inauguraba con una magna exposición de Sebastián y en el clima se respiraba un aire de promesa. Fueron muchas las expectativas. Desgraciadamente no se cumplieron. No hay dinero en el estado para obras ni empresas culturales. El reclamo y la queja es unánime. No es casual que a diferencia de años y décadas anteriores, cuando las reuniones de los creadores con los políticos en candidatura se limitaban al intercambio de elogios, hoy en día los encuentros sean los únicos espacios que tenemos para quejarnos. Hace cinco años como ahora se hablaba de convertir a Xalapa en un destino turístico a través de la cultura, como lo son otras ciudades, sea por su bella arquitectura o bien por sus museos y festivales. Xalapa, cinco años después, es más pobre y los creadores se disputan las migajas. No hay una política cultural. Sólo esfuerzos aislados, de empresarios-artistas o artistas-empresarios valientes y perseverantes. Y el clima de violencia y de inseguridad no fortalece los esfuerzos culturales.
Me siento satisfecho debo decirlo de que este periódico cumpla cinco años. Me siento feliz de estar rodeado de personas tan inteligentes, tan honestas y tan laboriosas. Hemos creado un espacio. Puedo decir que este es un periódico diferente. No persigue el chayote, no duda en apuntar sus críticas, aun cuando muchas veces el recipendiario sea amigo o bien una institución con la que trabajamos. Es difícil mantener la independencia cuando se es un periódico gratuito que necesita de la publicidad para vivir. Hemos intentado conciliarlo. Estamos seguros de que Xalapa es mejor gracias a la labor de difusión que realizamos y al mismo tiempo de crítica.
Podría concluir con un exhorto, con una especie de arenga. Prefiero decir que continuamos vivos, que brindaremos muy pronto por este logro inusitado: cumplir cinco años sin subsidio –nunca se ha buscado, no se pretende desarrollar una transacción sino ejercer el papel de intelectuales desde estas páginas: trabajadores de las ideas al servicio de la transformación social. Y ante el empobrecimiento intelectual de muchas revistas y periódicos de la capital ofrecemos un espacio de resistencia. Un espacio muy débil, es cierto, como ya he dicho sujetos a los caprichos de los jefes de prensa, muchas veces más serviles y represores que los funcionarios a quienes representan.
Agradezco a los colaboradores (todos) de este número. Y a quienes nos han acompañado. Agradecemos a los departamentos de prensa y comunicación social de las instituciones que nos apoyan con su publicidad. Igualmente a los amigos y empresas privadas quienes consideran que nuestro espacio les aporta, más que pedigrí, auténtica publicidad para promover sus empresas. Mención especial para la Posada La Mariquinta, única empresa que ha mantenidos sus anuncios desde el primer número hasta este ciento doce. Y a los amigos más cercanos, quienes con su esfuerzo contribuyen a la edición. Porque este es un periódico más que de empleados, de amigos. Gracias a Nina Crangle, Rafael Antúnez, Raciel D. Martínez, Ulises Cruz Concha, Jorge Castillo, Camila Krauss y a los compañeros de la redacción: Jobanni, Leslie, Adrián, Ezra José.
Gracias a los que han estado y a los que vendrán. Y sobre todo, gracias a ustedes, amigos lectores. Esperamos que sigan encontrando temas de interés y que a través de las redes sociales, contribuyamos a la circulación de las ideas, al diálogo. Contra lo que piensan los políticos, se es intelectual no cuando uno trafica con las ideas y el conocimiento sino cuando uno utiliza esas ideas para transformar al mundo. Y la transformación comienza con la crítica, con la asunción de que el estado de las cosas está mal pero puede mejorar. Cambiar.
José Homero
Director
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