Con una gran influencia del cine de horror de bajo presupuesto de los 70, en años recientes ha arraigado un subgénero de cine de horror denominado en inglés como "Backwoods" –De la espesura podría ser un título afortunado–. Sus tramas suelen tratar sobre personajes urbanos, jóvenes o no, que se aventuran dentro de los bosques. las cintas van desde las que abordan los peligros que merodean los bosques colindantes con la antigua Yugoslavia hasta las cintas con elementos slasher que atestiguan que viajar a la campiña no es bueno; por ejemplo, El Despertar del miedo de Alexander Ajá. Una de esas cintas es Sheitan, cinta poco conocida en español –en México circuló dentro de un Tour de Cine Francés– que aborda el tópico de la encarnación del Mal.
En plena víspera de Navidad un grupo de amigos pluriétnico decide explorar los clubes parisinos. Después de que han cerrado las puertas del último club aceptan la invitación de la misteriosa Eve, quien les ofrece hospedaje y diversión en la casa solariega. El padre, interpretado por Vincent Cassel, en una memorable actuación, no es otra que el Diablo.
Sheitan, dirigida por Kim Chapiron, es una película en la que los clisés del horror, en especial del backwoods, se conjugan con una creación de atmósfera delirante y con atisbos surreales no exentos de un. Los personajes son repulsivos y ciertas escenas, como la del alumbramiento, perturbadoras, sin ser auténticamente terroríficas. Por esa vocación surreal la cinta merece ser vista y aquilatada.
Se exhibe este miércoles 2 de febrero en el Auditorio de El Ágora de la Ciudad, en dos funciones: 17 y 21 horas. La entrada es gratuita.
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